Diócesis de Ciudad
Guayana
MARIANO JOSÉ PARRA SANDOVAL
OBISPO DE CIUDAD GUAYANA
“Volvamos a Dios, construyendo
la paz.”
A los Sacerdotes,
Diáconos Permanentes, Religiosos y Religiosas, Seminaristas, Movimientos de
Apostolado y Pueblo de Dios en general,
1. - Hace apenas un mes toda la
comunidad guayanesa se conmocionó por el terrible asesinato del Pbro. Esteban
Wood. Un sacerdote que había abandonado su tierra, su familia y la posibilidad
de una vida más tranquila a sus 68 años, para llevar el Amor de Cristo a los
más necesitados.
2. - Por medio de esta Carta
Pastoral quiero rendir un tributo lleno de cariño y agradecimiento al Padre
Esteban. Él fue como ese grano de trigo del que nos habla el Evangelio, que se
sembró en nuestro pueblo, compartiendo y entregando su vida por los feligreses.
Su amor por esta tierra fue tan grande que su deseo fue ser enterrado aquí, en
suelo guayanés y que sus contados bienes fueran para la parroquia donde
muriera; en este caso para la Parroquia Sagrada Familia. Estamos seguros que su
muerte, su siembra, debe dar muchos frutos. De hecho ya está produciendo muchos
frutos: nos ha hecho dirigirnos con más sinceridad al Dios Misericordioso, nos
ha unido más y nos ha hecho más conscientes del espantoso crimen de la violencia.
3. - El Padre Esteban es uno de
los 48 habitantes de este hermoso país asesinados cada día, y uno más de los
que mueren cotidianamente en nuestra querida Guayana. No podemos seguir mirando
para otro lado. Todos tenemos que tomar conciencia de que estamos ante una
verdadera guerra civil que está destruyendo a nuestro pueblo, sobre todo a los
más jóvenes.
4. - En los casi 9 años que llevo
como Obispo de esta hermosa tierra guayanesa, llevamos contabilizadas 4.840
madres que han perdido a sus hijos a causa de la violencia. ¡Son miles las
madres que no pueden sonreír porque uno de sus hijos no vendrá a besarla y
abrazarla! Me pregunto si somos conscientes de lo que esto supone para una
madre.
5. - En el 2009 fueron asesinados
16.047 venezolanos. Cada día matan a dos guayaneses, cada media hora un
venezolano. ¡Basta ya! ¡No podemos permitir que esto siga ocurriendo!
6. - El mensaje de Jesús en el
Evangelio es un mensaje de Justicia, Amor y Paz. La violencia es fruto del pecado. Es la ruptura del amor que Dios
quiso desde el principio. Este comportamiento es totalmente
contradictorio con la fe, ya que Cristo nos mandó a amar aún a nuestros
enemigos. El Evangelio nos desafía para que nos abramos a los imperativos
de la fraternidad, la igualdad y la solidaridad de todos y que esto se traduzca
en nuestros comportamientos, así como en las instituciones y estructuras
sociales.
7.- El mundo y el hombre han sido
creados por Dios desde el inicio para la paz. Y es el hombre quien ha
introducido la violencia en el mundo: los relatos de la creación, la caída, el
primer crimen, el diluvio, son otros tantos testimonios (Gen 6,5.11). Por eso,
podemos decir que el hombre es responsable de esta situación y que la humanidad
se encuentra prisionera de una lógica que ella misma ha puesto en marcha y que
la arrastra a donde no quiere ir. A la humanidad se le brinda una salvación (el
relato de la caída termina con la promesa de una salvación: Gen 3,15). Y esta
es la primera originalidad de la Biblia : Dios, por propia iniciativa, decide
instaurar un nuevo orden de justicia y paz en contra del desorden que el hombre
ha introducido y que lo lleva a su pérdida; pero para ello necesita de la
colaboración del hombre (y esta es la segunda originalidad del mensaje bíblico)
: “Te pongo hoy delante la vida y la muerte; escoge, pues, la vida” (Dt 30,19) Así,
para el cristiano, en Cristo ha llegado esa nueva alianza (Ef 2,14). “La paz es el bien mesiánico por excelencia”.
(CEV.- Carta Pastoral sobre la problemática de la violencia y la inseguridad.
2010)
8.- La entrada en la alianza es
la entrada en otra lógica: el “pueblo elegido” debe gobernarse por una lógica
distinta de la del mundo, lo cual no se hace sin combate, o al menos, sin
participación activa de la persona. Esto exige que el hombre use su libertad
para aplicar diariamente la nueva lógica a la realidad, pues no se sale del
círculo vicioso de la violencia de una vez para siempre con la sola
concertación de la alianza en el bautismo: se va avanzando a todo lo largo del
desarrollo de la propia historia. En este sentido, la visión cristiana de la
paz es operativa. No es una construcción intelectual ni se reduce a una serie
de preceptos: tiende a transformar la realidad estructurando la conciencia del
creyente mediante un conjunto de imperativos que han de guiarlo en su
actuación.
9.- Es claro, entonces, el
planteamiento de Juan Pablo II: “No hay orden preestablecido que garantice
la paz…por eso, la mediación del trabajo de los hombres por la paz revestirá
numerosos aspectos en todos los niveles de la existencia humana”.
10. - Como cristianos no podemos admitir esta situación; la repudiamos, y es
esta la causa por la que vale la pena que la sociedad entera, unida al gobierno
busque la solución al problema de la violencia. Como Obispo de esta
Diócesis, junto a los sacerdotes y todos los católicos de Guayana, estamos
decididos a encabezar la respuesta pacífica y evangélica que todos debemos dar
a la violencia y a quienes la practican o alientan.
11.- Esta respuesta que queremos
dar debe comenzar por nuestra oración al Padre Bueno que nos convoca a la
unión, a la solidaridad, al amor, a la justicia y a la paz. Por este motivo,
convoco a todos nuestros fieles a vivir en un “estado de oración” permanente por
la paz y la justicia.
12. – De igual manera exhortamos a
las autoridades civiles de Venezuela a que encabecen una plataforma nacional
unida contra la violencia en la que participen todos los sectores competentes
en la materia. Es una urgencia nacional y por ello debemos estar todos, sin divisiones
ni partidismos. Todos debemos avocarnos a acabar con las causas de la
violencia, que son, entre otras, el desempleo, la falta de oferta educativa de
calidad, la crisis de la familia, la impunidad y la gran cantidad de armas que
circulan en nuestra nación. Debemos iniciar una gran campaña de desarme de
nuestra población.
13. - Como Iglesia, los invito a
todos los bautizados, a aportar todo lo que esté de nuestra parte. En concreto,
los exhorto a profundizar la Campaña de concienciación por la Paz en las
parroquias y centros de estudio y a potenciar la familia cristiana solidaria
como la estructura básica de la sociedad en la que está la clave principal para la solución de la violencia.
14.- Finalmente, invito a todos
los familiares de las víctimas de la violencia
a que se asocien y organicen y, para eso, les ofrecemos la Fundación
“Por la Dignidad Sagrada de la Persona” y una oficina de Atención a las
Víctimas que estamos implementando en la Parroquia San Martín de Porres en
Brisas del Sur.
15. - Ponemos bajo el amparo de
la Inmaculada Concepción del Caroní, Patrona de esta Diócesis, todo este
esfuerzo que queremos realizar a favor de la construcción de la Paz y la
Convivencia.
Con mi bendición,
+ Mariano José Parra
Sandoval
Obispo de Ciudad
Guayana
Ciudad Guayana, 27 de Mayo de
2010
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