DIÓCESIS DE CIUDAD GUAYANA
MARIANO
JOSÉ PARRA SANDOVAL
OBISPO
DE CIUDAD GUAYANA
A los Sacerdotes, Diáconos Permanentes,
Religiosos y Religiosas, Seminaristas, Catequistas, Comunidades Cristianas
Parroquiales y todos los fieles católicos de esta Iglesia Particular
“El que beba del agua que yo quiero darle,
nunca más volverá a tener sed.”
(Jn.4, 14)
- Queremos recorrer el camino de la Iglesia
Grandes acontecimientos han llenado de esperanza el caminar de la
Iglesia universal y, en consecuencia, el de la Iglesia Diocesana. Nuestra Iglesia
ha reflexionado en el último sínodo sobre la Nueva Evangelización, celebrado en
el marco del año de la fe. Los padres
sinodales en su saludo final, nos han iluminado tomando el texto evangélico del
encuentro de Jesús con la samaritana y han constatado que “No hay hombre o mujer que en su vida, como la mujer de Samaria, no se
encuentre junto al pozo con un cántaro vacío, con la esperanza de saciar el
deseo más profundo del corazón, aquél que solo puede dar significado pleno a la
existencia” (XII Asamblea General ordinaria del Sínodo de Obispos; Mensaje al
Pueblo de Dios).
En esta búsqueda incesante del hombre, La Iglesia desea orientar el
camino y ponerse como Jesús, junto al
pozo de la vida “de los hombres y mujeres
de nuestro tiempo, para hacer presente al Señor en sus vidas, de modo que
puedan encontrarlo, porque sólo el Espíritu es el agua que da la vida verdadera
y eterna” (XII Asamblea General ordinaria del Sínodo de Obispos; Mensaje al
Pueblo de Dios)
También la Iglesia Diocesana, queriendo favorecer
el encuentro con Jesucristo, ha recorrido con el Pueblo de Dios un camino de
renovación pastoral y de evangelización que ha pretendido sensibilizar al
pueblo en la dignidad de la persona humana y la vivencia de la fraternidad.
Luego de una evaluación realizada en las diferentes parroquias tenemos razones
importantes para dar un paso en este proceso de evangelización propuesto en el Plan
Diocesano. Constatamos con alegría el hecho de haber logrado el objetivo
propuesto en esta fase de sensibilización hacia la fraternidad.
Evidenciamos que en el Pueblo en general se vive el valor de la fraternidad, se abren a
las relaciones interpersonales y expresan su solidaridad ante las situaciones
difíciles de forma organizada. Somos conscientes, también, que si algo podría
impedir este crecimiento en la conciencia fraterna, es la violencia impune que
acontece en nuestras ciudades y pueblos. Esta tendencia puede cambiar si
evangelizamos y seguimos sensibilizando al valor de la paz, la fraternidad, el
respeto, la solidaridad, la justicia y ahora la vivencia comunitaria de la fe.
Respecto a la
organización parroquial observamos con agrado que las
parroquias cuentan con al menos 2 o 3 espacios de encuentro
interpersonal donde se vive la espiritualidad de comunión y se comparte la
vida. Las parroquias en su mayoría participan de los encuentros de comunión
planificados por las diócesis y por las zonas pastorales y cuentan con las estructuras de participación
organizadas en mayor o menor grado, lo que favorece que el conjunto del Pueblo
de Dios pueda ser tomado en cuenta, no marginado. Por lo menos un 93% de las
parroquias evaluadas cuentan con la sectorización, con la red de mensajeros
organizada, con el EPAP y se está elaborando y difundiendo la carta a los
cristianos. Aunque en algunas parroquias estas estructuras están en etapa de
conformación.
Refiriéndonos a
los agentes de pastoral, nuestra evaluación arroja que un buen número de estos toman en
cuenta el objetivo de la fase para programar y van asumiendo de mejor manera
las opciones pastorales de la diócesis y los criterios de la acción pastoral
suscritos en nuestro Plan Diocesano para conocerlo mejor y aplicar las
herramientas de la programación. Esto conlleva que se vayan implicando en el
proceso de evangelización y vayan asumiendo, desde sus dones y carismas, el
trabajo organizado por la pastoral de conjunto.
Por todo esto
anunciamos con alegría y esperanza el paso de la segunda fase de
sensibilización a la fraternidad a la tercera fase de sensibilización a la vida
en comunidad.
Exhorto a seguir adelante en el camino
emprendido para que, en el marco de este año de la FE, podamos sensibilizar al
Pueblo de Dios a reunirse en comunidad, ya que solo en ella podemos saborear los valores del Reino. En comunidad profesamos
la Fe en Cristo Jesús y nos alegramos de pertenecer a la Iglesia que es y debe
ser siempre comunidad de Amor en la que todos somos invitados a compartir con
los más necesitados. Queremos hacer realidad en este tiempo de gracia el
objetivo de la Tercera Fase de la Primera etapa del Plan Diocesano: “Los Bautizados de la Diócesis de Ciudad
Guayana, son sensibles a reunirse en
comunidad, a ser y pertenecer a la Iglesia y a compartir con los más
necesitados, haciendo que cada encuentro sea una experiencia de comunidad y
cada uno salga motivado a promoverla con el fin de organizarse en una red de
comunidades y, así, comenzar a saborear los valores del Reino”.
- Los grandes retos que nos plantea la Nueva Evangelización y la
Pastoral de conjunto
¿Qué
debemos hacer en cada parroquia, vicaria y desde cada comisión para vivir esta
fase?
Como
ustedes mismos han hecho notar todavía falta mucho por hacer. Estos son los Retos que debemos enfrentar en el próximo
año y que reclaman de cada uno, una más pronta ejecución:
- En cuanto al Pueblo en general:
·
Motivar encuentros comunitarios donde se confronte la Fe con la vida,
donde las personas se sientan valoradas y acogidas por la Iglesia, donde se
pueda iluminar la realidad con la Palabra.
·
Vencer el ostracismo, el individualismo y la indiferencia, abriéndonos
en un clima de diálogo y acercamiento con la realidad que vive nuestro pueblo.
·
Continuar profundizando en la fraternidad como único camino para vivir
la paz, la justicia y la solidaridad.
·
Prestar una mayor atención a
las familias, donde cada bautizado esta llamado a la primera experiencia de Fe.
(CPV-IMC n°93, PDR/E-MI n° 25)
·
Brindar con atención maternal y espíritu evangélico, las respuesta
adecuadas a los problemas que vive la familia actualmente (divorciados y
vueltos a casar, situación de sus hijos, cónyuges abandonados, parejas que viven
juntas sin casarse), y la tendencia de la sociedad a redefinir el matrimonio (propuesta n°48,
Sínodo de los Obispos). Para ello es prioritario que se organice en cada
parroquia la Pastoral familiar, que vaya mas allá de los cursos
pre-matrimoniales y que desarrolle un programa de acompañamiento a las familias
en todos los ámbitos de su vida
·
Ofrecer oportunidades de encuentro a los grupos de familias en cada
sector de la parroquia, como espacios de iluminación y transformación de la
propia vida en el encuentro con Jesucristo y con ellos promover en cada
parroquia una red de comunidades, donde cada uno es sensible a ser y pertenecer
a la iglesia y a compartir con los más necesitados, tal y como lo expresa el
objetivo de la Tercera Fase de nuestro Plan.
·
Así mismo, desde la Pastoral de Multitudes, estamos llamados a
redescubrir y celebrar la Fe en la Comunidad, como un espacio de crecimiento
del conjunto. Para ello, organícense celebraciones de Pastoral de Multitudes en
todas las parroquias, como una forma de promover el crecimiento procesual de la
fe del Pueblo de Dios y tómense en cuenta y hagan propios los lemas que nos
invitan a vivir un valor determinado cada mes.
- En cuanto a la organización parroquial
Como ya hemos visto a través de la evaluación
del camino recorrido la mayoría de nuestras parroquias cuenta con al menos tres
estructuras de participación y de comunión, dentro de ellas un 93% han
sectorizado, sin embargo, para que la Organización
Pastoral Parroquial sea más efectiva, es necesario que en esta Fase todas las parroquias de la Diócesis:
·
Concluyan el proceso de organización de la sectorización, con la
conformación de los equipos sectoriales
de animación pastoral, quienes serán los garantes de la formación y la
participación activa del Pueblo de Dios en la vida parroquial desde el sector.
·
Consoliden las estructuras de comunicación y participación: el
E.P.A.P., la Red de mensajeros y la Carta a los cristianos de modo que los
Bautizados y el pueblo en general
encuentren cada vez más su lugar de participación y puedan vivir
coherentemente su fe con su vida. En
esto no podemos apelar a la ignorancia o la desorientación pues se han dado
suficiente herramientas para comprender en que consiste cada una de estas
estructuras.
·
Organícense en cada parroquia las comisiones pastorales necesarias
para el acompañamiento y formación del Pueblo de Dios, a fin de ofrecer
oportunidades para el dialogo entre las personas, para escuchar y promover la
Palabra de Dios, para una catequesis orgánica y procesual que inicie a la Fe y
continúe iluminando la existencia de los hombres y mujeres de este pueblo.
Promuévase desde estas comisiones la formación en la caridad, para la oración y
la vivencia gozosa de la Eucaristía
·
Con el fin de anunciar la Buena Noticia de Jesús, todas las parroquias
promuevan el nacimiento de Pequeñas Comunidades o grupos de familias en sus
sectores. Que las mismas sean células vivas y lugares de encuentro personal y
comunitario con Cristo, a través de la profundización de la Palabra de Dios Que
sean instancias privilegiadas para
experimentar las riquezas de la
Liturgia, así como para proporcionar una educación Cristiana, inicial y permanente y
formar a todos los Bautizados en la fraternidad, en la caridad y en la justicia
social, especialmente con los más pobres (propuesta n°26, Sínodo de los
Obispos). De esta manera, las pequeñas comunidades viven una adhesión más
intensa a Jesucristo (CPV-ICM n°79), promueven
la dimensión profética de la vida Cristiana y se transforman en lugares
de evangelización que constituyen una esperanza para la Iglesia universal (EN
n°58), y para la renovación de la
parroquia y de toda la Diócesis.
- En cuanto a los Agentes de
pastoral,
A fin de promover el crecimiento paulatino y
constante de nuestros agentes de pastoral consagrados, favorézcase una pastoral
vocacional integrada a la pastoral juvenil y la pastoral familiar, para que
pueda atender el proceso de maduración de aquellos jóvenes que se sienten llamados a una consagración especial.
De igual forma, reconociendo los Dones con que el Espíritu obra en todos los
Bautizados para la construcción del cuerpo de Cristo, promuévase la preparación
adecuada del agente laico, a fin de que crezca en su compromiso por la
construcción del Reino y, participando de la vida bautismal, se sienta motivado
en su misión de transformar las realidades temporales siendo testigo de
Jesucristo en los ambientes en donde se desenvuelve, siendo corresponsables de
la evangelización (CPV.LCV n° 105-109).
A todos los agentes que con dedicación
trabajan en la obra de la nueva evangelización, en todos los Niveles de la
Acción Pastoral, se les exhorta a:
·
En consonancia con la Iglesia
Universal, vivir el año de la Fe,
redescubriendo, celebrando y promoviendo
encuentros en los que se reconozcan los fundamentos de nuestra Fe, y en los que
promovamos un encuentro más cercano con Jesucristo.
·
Participar activamente en la formación de agentes de Pastoral, con el
fin de profundizar en los aspectos que
nos conducirán a la vivencia del objetivo de la Tercera Fase de la Primera
Etapa de nuestro Proyecto Diocesano de Renovación y Evangelización, con el cual
se persigue que los Bautizados de nuestra Diócesis, sean sensibles a reunirse en comunidad, a ser y
pertenecer a la Iglesia. Organicen los párrocos poder asistir a esta formación
con sus Equipos parroquiales de animación Pastoral y con todos aquellos que
quieran participar.
·
Asumir en las acciones pastorales programadas, la Opción fundamental
de la Diócesis y los criterios para la acción pastoral suscritos en nuestro Plan,
ya que estos son elementos claves para
la programación de cada acción evangelizadora que realicemos con el objeto de
hacer presente el Ideal de Iglesia que soñamos como Pueblo de Dios que
peregrina en esta Diócesis.
·
Mantener un contacto permanente con la Palabra de Dios a través de la
práctica de la Lectio Divina, del estudio del Evangelio, o de cualquier método
que nos permita acercarnos a ella y descubrir allí la voluntad de Dios.
·
En el marco de los 50 años del Concilio Vaticano II, todos los agentes
de pastoral han de promover el estudio sistemático de los documentos del
mencionado concilio y del Concilio Plenario de Venezuela, para descubrir en
ellos la riqueza de una iglesia que se renueva constantemente a la luz del
Evangelio y para que sus propuestas
iluminen la renovación pastoral propuesta de nuestro Plan.
- Desde la Espiritualidad de comunión, camino de santidad
Pedimos encarecidamente a todos
los agentes de pastoral, consagrados y laicos, movimientos, grupos de
apostolado, asociaciones, comisiones diocesanas y todos los que ponen sus
esfuerzos en la construcción del Reino en esta tierra de bendiciones, a que
vivan este proceso de evangelización teniendo como referencia fundamental de la
vida la espiritualidad de comunión que es
la fuerza que mueve la renovación pastoral de la Iglesia Diocesana. Sin
vivir la comunión no podemos dar los pasos necesarios para promover una nueva
evangelización. Vivir la espiritualidad de comunión es vivir movidos por la
fuerza transformadora del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. De esta manera
quien evangeliza, ubicándose en esta dinámica espiritual, se ubica también en
el camino de la santidad, pues el que evangeliza y vive la comunión es el
santo.
La vivencia de la Espiritualidad
de comunión nos permitirá entrar en la vida y en las casas de la gente de forma
sencilla y fraterna, reconociendo las semillas del Reino en cada hermano e
iluminando con el Evangelio cada una de sus situaciones. Hagamos accesible a
nuestra gente la experiencia de ser y pertenecer a la comunidad cristiana, a La
Iglesia, “multipliquemos los pozos a los cuales invitar a los hombres y mujeres
sedientos… para posibilitar su encuentro con Jesucristo, ofrecer oasis en los
desiertos de la vida. De esto son responsables las comunidades cristianas y, en
ellas, cada discípulo del Señor. Cada uno debe dar un testimonio insustituible
para que el Evangelio pueda encontrarse con la existencia de todos” (Cita
textual: XIII Asamblea General ordinaria del Sínodo de los Obispos, Mensaje al
Pueblo de Dios)
EL AÑO DE LA FE Y LAS
INDULGENCIAS.
Todo lo que anteriormente les he
planteado debemos encuadrarlo en la celebración del Año de la Fe al cual nos ha
convocado el Santo Padre. Este ha de ser un año durante el cual acercándonos al
Señor Jesús renovemos y fortalezcamos nuestra fe. Solo el encuentro con el
Señor Jesús nos puede fortalecer nuestra fe. La madurez de la fe se alcanza en
el encuentro personal y comunitario con el Señor. Por esto estamos llamados a
permanecer en un encuentro vivo con Jesucristo. Este encuentro con el Señor es
cercanía con Él.
Por lo tanto quiero indicar para
esta celebración, además de las indicaciones anteriormente dichas, lo
siguiente:
·
Los párrocos deben utilizar el subsidio preparado por la Vicaría de
Pastoral para ser estudiado por todos los sectores y movimientos de las
parroquias.
·
En las reuniones de Agentes de Pastoral procure la Vicaría de Pastoral
que se estudien los principales documentos del Concilio Vaticano II y se
relacionen con los del Concilio Plenario de Venezuela.
·
Los párrocos aprovechen las celebraciones eucarísticas dominicales
para enseñar a sus fieles la doctrina de la Iglesia sobre las indulgencias.
·
Además de las indicaciones generales de la Signatura Apostólica para
beneficiarse de las indulgencias, se podrán ganar en cada parroquia o vicaría
en las fiestas patronales y en las visitas programadas que realicen las
parroquias al Santuario Diocesano de la Inmaculada Concepción del Caroní.
·
Además dispongo que se puedan también lucrar las indulgencias en las
siguientes iglesias: en las Parroquias San Pedro y San Pablo (las Zona III y VI), la Parroquia San Antonio de Padua de Upata
(Zona IV) y la Parroquia Nuestra Señora de Belén en Tumeremo (Zona V).
·
El Año de la Fe lo clausuraremos en la Diócesis el día 8 de Diciembre
del 2013 según programa preparado por la Vicaría de Pastoral.
Pido para todos nosotros la bendición de nuestra patrona la Inmaculada
Concepción del Caroní, Testigo y Animadora de nuestra fe. Junto con ella nos
esforzaremos porque los espacios de participación para la consulta, la toma de
decisiones y la ejecución de las acciones estén organizados, de modo que la
comunidad se vaya educando en la corresponsabilidad y creciendo en la madurez
de su fe como es propio de un pueblo llamado a la santidad.
Los bendigo de todo corazón con
afecto paternal.
En Ciudad Guayana, a los 24 días del mes de Febrero
de 2013, Segundo Domingo de Cuaresma.
+Mariano José Parra Sandoval
Obispo de Ciudad Guayana
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